2/20/2007

La corona de hierba

Segundo volumen de la saga Masters of Rome (sin traducción en las ediciones españolas) acerca de los últimos años de la República romana.Los acontecimientos empiezan apenas un par de años después del final de El primer hombre de Roma, de modo que apenas se nota la diferencia al pasar de un libro a otro.En este tomo podremos presenciar las luchas intestinas que suceden en la península itálica, al principio, y entre los mismos romanos, al final.Los protagonistas, los mismos Mario,Sila y Druso del primer libro a los que hay que añadir al joven Julio Cesar y un puñado de secundarios.
Poco puedo añadir a lo que ya dije sobre El primer hombre de Roma, excepto ésto: en el anterior libro la autora se decanta manifiestamente por Mario mostrándolo noblemente al tiempo que nos enseña todas las pequeñas maldades de Sila.En este segundo libro, la mayor parte del tiempo Mario no tiene punto de vista, sino que conocemos sus movimientos por el resto de personajes, algo a lo que la autora se ha visto obligada para no mostrar en toda su magnitud los procesos mentales de un loco tirano.
Lectura entretenida cuando menos.
Ale.

3 comentarios:

Belleza de Themyscira dijo...

Pues con tu permiso me lo apunto porque al igual que el cine histórico, me gusta bastante la novela histórica pero de Roma la verdad es que no he leído apenas. Que recuerde ahora mismo, las Memorias de Adriano (me encantaron), la biografía de Espartaco, una biografía de la recatada Mesalina (jejejejejeeeee....), un par de Julio César, y de pequeña leí con sumo disfrute Los Ultimos dias de Pompeya y Quo vadis. A mí lo que me apasiona en realidad es la mitología griega,sobre ella tengo en mi habitación libros para montar un Fnac XD

Flashy dijo...

y sin permiso, mujer
de todos modos, en novela romana todavia tienen que superar el Yo,Claudio.Si no lo has leido, ese es libro a catar
xD

Martín dijo...

Es cierto lo que decís de Mario: uno no se da cuenta de lo loco que está hasta que toma el poder en Roma y manda a sus bardiotas a asesinar por doquier. Incluso cuando Quinto Sertorio le advierte a Cinna que Mario ha perdido la razón uno lo lee con bastante escepticismo.